La puedes ver en HBOmax
Creo que hablo en nombre de todos al afirmar que la magia tiene una banda sonora y no es otra más que la archiconocida melodía de la saga de Harry Potter compuesta por nuestro querido John Williams. Esta melodía se siembra desde la primera película, Harry Potter y la piedra filosofal, y llega hasta la última entrega, Harry Potter y las Reliquias de la muerte parte 2. Tomaré como referencia un vídeo del experto Youtuber musical Jaime Altozano hablando sobre la genialidad de dicha composición.
John Williams basa la primera película en tres melodías clave que Altozano llama: “la magia extraordinaria” (entendiendo la magia como algo fascinante), “la magia lol” (la magia como efecto cómico) y “la magia inquietante” (la magia misteriosa, malvada incluso). A partir de estas tres melodías y su continua reiteración, el compositor consigue que el espectador quede absorbido en la historia y que estos acordes adquieran un espacio en nuestra memoria para siempre. Sin embargo, dejando a un lado las cuestiones técnicas, hablaré de la peculiaridad y majestuosidad de esta pieza musical. No debemos olvidar que las novelas del joven mago, escritas por J.K. Rowling, se dirigían a un público joven/infantil. Por lo que no es de extrañar que la primera película sea tan mágica como colorida. Y es que este es uno de las características en las soundtracks y la estética de las películas: el color y la alegría se van apagando y oscureciendo conforme avanzan las diferentes entregas.
El filme que abre la saga contiene todo lo que el mundo infantil entiende como mágico: objetos que levitan, magos con sombrero en pico, brujas, profesores que se transforman en animales, etc. Pero por si no fuera suficiente, Williams remarca estos elementos con el empleo del Mickey-Mousing (término utilizado por Jaime Altozano). Esta técnica se basa en realizar onomatopeyas o acompañamientos musicales para todo aquello que aparezca en pantalla. Como el propio término explica, viene de los antiguos dibujos animados de Mickey Mouse del cine mudo, donde la música acompañaba a los movimientos de los personajes. En el caso de Harry Potter, encontramos múltiples ejemplos como al inicio de la película cuando Dumbledore recoge las luces de las farolas, cuando la profesora McGonagall se transforma en gato o cuando Hermione hace levitar la pluma con su famoso Wingardium Leviosa (“no Leviosá”).
En definitiva, Williams consigue captar el sentimiento, el ambiente y la magia de esta saga desde el minuto uno de la película, dando así comienzo a la que sería una de las mejores sagas, si no la mejor, de la historia del cine y la literatura, con una banda sonora impecable, reconocible y memorable para todos (incluso aquellos que nunca han visto ninguna de sus películas). Dicho esto, qué mejor manera que acabar este ensayo con la célebre frase para cerrar el Mapa del merodeador: “Travesura realizada”.
- Alex Aguilar
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